PASAJES Y CURIOSIDADES DE LA HISTORIA
No creía en las armas. Nunca se rebeló contra ningún gobierno ni derramó su sangre en los senderos ocultos del país en busca de un cambio gubernamental. Había nacido ya muy tarde para ello; era aún muy pequeño para participar en la vorágine de la revolución mexicana. Sin embargo, fue testigo fiel de los acontecimientos internacionales que oscurecieron el
panorama de la humanidad por varios años. La Segunda Guerra Mundial le impresionó de tal manera que supo que tendría que dedicar su vida a buscar un camino para que esa historia
de muerte no se volviera a repetir en México ni en ninguna otra parte del mundo. Alfonso
García Robles es un héroe distinto; es el héroe de la paz. Las leyes le parecían inspiradoras. Fue por ello que ingresó a la Facultad de Derecho de la UNAM, de donde egresó en 1934. Pero García Robles necesitaba conocer nuevas fronteras y expandir su ámbito de
conocimiento. Aprovechó entonces una oportunidad para partir hacia Francia e impartir clases en la Universidad de París en 1936. Desde ahí, pudo ver cómo las sombras
de la guerra y de regímenes totalitarios se iban posando sobre Europa.
Luego de su experiencia europea, García Robles tomó la decisión de convertirse en
diplomático e ingresar en 1939 al Servicio Exterior Mexicano y así observar con
detenimiento y meditación los años oscuros de la Segunda Guerra Mundial. Su postura
frente a los conflictos se hizo invariable. Ascendió y obtuvo puestos de gran importancia
como subdirector de Asuntos Políticos y del Servicio Diplomático y director en jefe para
Asuntos de Europa, Asia y África entre 1957 y 1961. Aplicó sus conocimientos para resolver los males ocasionados por la Guerra Fría. Fue presidente de la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de América Latina y el Caribe, que culminó con la firma del Tratado de Tlatelolco, el cual constituye un documento de gran valor en la historia del pacifismo
mundial. Además de representar al país en la ONU de 1970 a 1975, fue secretario de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano de 1975 a 1976 y representante de
México en el Comité de Desarme con sede en Ginebra,
Suiza. Durante toda su vida luchó por el cese de varios conflictos armados y la desnuclearización. Trató por todos los medios de organizar una campaña mundial de desarme, labor por la que, en 1982, recibió el Premio Nobel de la Paz. Su nombre fue reconocido en todo el mundo. México en su persona, se convirtió en un valioso colaborador de la paz. García Robles, el héroe de la paz, fue la imagen ideal de la política pacifista representada por México.
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